Informe de Opinión Pública – Abril / Mayo 2023
Actualmente está ocurriendo un fenómeno comparable al ocurrido en los primeros 15 años de régimen anterior, El Pacto de Punto Fijo; fenómeno que se repitió luego en los últimos 15 años de ese mismo régimen: El surgimiento de los outsiders como fuente de solución de los problemas nacionales debido a que los dos partidos del status, AD y COPEI, no daban señas de poder resolverlos.
En el régimen pasado, para las elecciones de 1973 (finales del gobierno de Rafael Caldera I) se esperaba que los votos sumados de las izquierdas (outsiders) superaran a los de AD y COPEI. Sin embargo, surgió un líder carismático, aunque no outsider, Carlos Andrés Pérez, AD, cuya campaña, cargada de energía y movimiento (lo contrario al inmovilismo en la toma de decisiones del gobierno en curso), convenció a la mayoría de los votantes para que votaran, no sólo por su candidatura presidencial y por la elección de los candidatos de AD a Senadores y Diputados, sino que también reflotó a los candidatos del COPEI.
La aparición de los grandes ingresos petroleros a partir de 1974 marcó una década de crecimiento rentista y de un presidencialismo exacerbado, pero de esperanza al fin y al cabo, que significaron la vigencia de status quo, del Pacto de Punto Fijo, hasta 1988.
Sin embargo, en las elecciones presidenciales de 1988, la mayoría volvió a votar por CAP como un líder salvador y ya no tan insider. La dirección del partido prefería a Humberto Lepage porque ya sabían que no podían controlar a CAP. Así Pérez se abrió paso entre la población con su carisma y sin el apoyo de su partido y resultó reelecto porque la mayoría que votó por él se imaginó lo que él nunca propuso: Que volveríamos a la bonanza por despilfarrro de su primer gobierno.
Por el contrario, el régimen de Punto Fijo necesitaba un profundo overhaul y CAP se lo dio, a pesar de lo impopular que resultaban dichos cambios porque lo que las mayorías, de todos los estratos, lo que querían era seguir “amarrando los perros con longaniza”. Tanto fue así que los diputados de su propio partido y los diputados del COPEI lo removieron del cargo en mayo de 1993.
Como Rafael Caldera, hábilmente, enfocó su campaña electoral de ese mismo año en atacar las reformas que CAP II había tratado de implementar, con buenos objetivos pero con malas estrategias y dado que Caldera renegó de su partido (COPEI) y de AD, se presentó como outsider para atraer a las mayorías. De hecho, en su mandato revirtió las reformas económicas de CAP II y estancó la descentralización. Errores fatales para el sistema, tanto por los resultados negativos de ese “vuelvan caras”, como porque confundió a las masas y a muchas élites, que aspiraban a seguir viviendo del Estado, de sus dádivas generosas y de sus errores, como el control de cambio y los controles de precios. Como ese enfoque retrógrado fracasó, Caldera II se vio obligado a firmar un pacto con el Fondo Monetario Internacional, el 15 de abril de 1996, volviendo a liberar la economía y el cambio, y relanzando la apertura petrolera que Pérez había iniciado. Este pacto se llamó la Agenda Venezuela, como para disimular que respondía a las típicas recetas del FMI.
Aunque la recuperación económica surgió a partir de esa Agenda, la fiesta acabó pronto, en noviembre de 1997 por el colapso de los precios petroleros y sin que Caldera II pudiese movilizar al empresariado para tapar la caída del rentismo con producción nacional diversificada porque las relaciones entre dicho empresariado y el presidente Caldera nunca fueron muy cercanas. Acto seguido se disparó la salida de capitales y la caída de las Reservas Internacionales. A la sazón, ya Hugo Chávez era candidato presidencial y se observó algo muy sintomático; en la medida que Chávez subía en las encuestas, más caían las Reservas Internacionales y se devaluaba la moneda. El más outsider ganó la elección con 56,6% de los votos, seguidos por un ex Copei, Henrique Salas, con 39,9% de los votos e Irene Sáez con 3% de los votos, dejando así menos de 1% de los votos al único verdadero insider de esa elección: Luis Alfaro Ucero.
Insiders y Outsiders en el Período Chavista
Durante el período chavista los candidatos principales del gobierno y la oposición han sido todos insiders. Los candidatos principales siempre fueron Hugo Chávez, Manuel Rosales, Henrique Capriles y Henry Falcón.
En cambio, en nuestra encuesta de abril de 2023, aparecen las sorpresas de dos outsiders (María Corina Machado y Benjamín Rausseo) por encima de la intención de voto por los insiders (Rafael Lacava, Nicolás Maduro, Manuel Rosales, Henrique Capriles, etc).
Las Primarias de la Oposición
Como se observa en la lámina a continuación, los dos preferidos para la elección Primaria de la oposición son dos outsiders. Esto no era así hasta julio de 2022, siendo hasta ese entonces Manuel Rosales, un insider, el preferido por quienes indicaban que votarían en dichas elecciones.
Las Elecciones Presidenciales
La intención de voto en la próxima elección presidencial está favoreciendo 3/1 a “UN” candidato de oposición.
Pero, si los candidatos son más de uno, las probabilidades opositoras se diluyen. Como las oposiciones, hasta ahora, parece que presentarán varios candidatos, no se puede asumir que será fácil ganarle al candidato de gobierno. Por su parte, los votos por dicho candidato de gobierno están estrechamente correlacionados con el porcentaje de posibles votantes que evalúen como positiva la gestión de Nicolás Maduro; un escaso 21% (el 17,5% del gráfico anterior y el 21% del siguiente están dentro del error muestral).
En el gráfico anterior se observa que la evaluación de gestión de NM estuvo tan baja como 10% en mayo de 2019, pero que repuntó hasta 27% de aprobación de gestión en julio de 2022. Este repunte coincide con la recuperación económica de ese mismo período. Así como el descenso de la evaluación de gestión de NM a 21% coincide con la desaceleración que estamos viviendo de la recuperación económica desde agosto de 2022.
En números aproximados, se puede decir que cada punto del PIB que se recuperó en la economía coincide con cada punto que NM está ganando o perdiendo en aprobación de gestión. Si, además se sabe que existe una alta correlación entre aprobación de gestión e intenciones de voto y votos efectivos, es evidente que al gobierno le debería interesar reactivar dicha recuperación. Pero eso no es lo que está ocurriendo. Tanto más fácil para el gobierno es recuperar sus números si se considera que todavía la oposición está desunida y su discurso se concentra en lo electoral y en críticas al gobierno, por lo que no conecta con la mayoría de la población que sólo quiere que le hablen de soluciones a sus problemas socioeconómicos.
La oposición tampoco capitaliza en votos a todos los que se encuentran descontentos con la gestión de gobierno, sino que debe descontarse la abstención, la cual podrá oscilar entre un 18,7%, en el primero de los dos gráficos anteriores, y un 25%. Por eso, si bien el descontento ronda 80 puntos, el porcentaje de intención de votos “por un candidato de oposición” es 61%. Por su parte, al candidato del gobierno le quedan unos 20 puntos, de los cuales podemos asumir que aprovecha casi todos porque la abstención entre el chavismo siempre ha sido pequeña y pudiera contar con ese mismo 20% de los votos o algo más por el efecto campaña electoral con las ventajas que tienen los gobiernos, entre otra, elevar la liquidez monetaria y las bonificaciones.
En el cuadro siguiente se observa que la intención de votos por todos los candidatos de oposición suma 53,2%, mientras que los oficialistas suman la mitad, 26,6% y se puede esperar que la abstención se ubique en 20%, como señalamos arriba.
Si el candidato de oposición fuese uno sólo, puede ganar, hasta por el doble de los votos. También podría ganar un opositor en competencia con otros opositores, si tuviese el carisma y la organización para arrastrar a su favor la mayoría de los votos de oposición; como sucedió en el caso de la elección del gobernador actual del estado Barinas. Sin embargo, eso fue un triple milagro, porque no tenía carisma, dinero ni tiempo para hacer campaña. A ese tipo de milagros o “cisnes negros” no se debe apostar.
Pero si dos candidatos opositores fuertes, como los dos outsiders que están surgiendo, aunque amasen la gran mayoría de los votos opositores, al dividir 53 o 60 puntos entre 2, resulta que cada uno de ellos tendría un potencial de menos de 30 puntos y el oficialista 25 puntos. Ya la victoria no es probable sino posible. Pero, si a esos dos candidatos opositores se le suman otros dos, tres o cuatro más, que hasta ahora no extrañaría a nadie que surjan, y aún si esos candidatos adicionales sólo logran unos 4 a 7 puntos, ya el promedio de los dos punteros se reduce a 23 puntos; 2 puntos por debajo del candidato oficial. Ya la victoria no es probable sino posible.
Por fin, si el gobierno vuelve a reactivar la economía y regresa al proceso de recuperación que vivimos durante 2021 y 2022, cada punto del PIB en ese período le rindió a NM un punto en aprobación de gestión, subiendo de 10% a 27%. Si, además sabemos que la aprobación de gestión es un predictor de la intención de votos y de los votos recibidos, entonces NM o quienquiera que sea el candidato del gobierno obtendría unos 30 puntos o más, ganándole a los opositores.
Cuáles son las preguntas pertinentes que necesitan hacerse los opositores y los gobernantes
La pregunta pertinente de quienes deseen votar por una alternativa al gobierno de turno NO es ¿Quién es el mejor candidato? Sino ¿Cuál es el candidato opositor que más intenciones de voto presenta en las encuestas?
En el caso del sector chavista, las preguntas claves no son quién es su mejor candidato, sino cuál de ellos es el que más une a ese sector. La segunda pregunta clave en este caso es ¿por qué no retoman la senda del crecimiento económico?
En cuanto a ambos, gobierno y oposición, cabe que los observadores se hagan la pregunta ¿por qué siguen hablando de política y de conflictos entre ellos, en vez de plantear soluciones a los problemas socioeconómicos que es lo que quiere ver la inmensa mayoría de quienes esos dos bloques políticos aspiran que voten por ellos? Y es más, en algunos casos cabe preguntarse por qué el gobierno y la oposición no unen esfuerzos, por ejemplo, para salvar a CITGO de una amenazante confiscación por deuda morosa o para lograr liberar los US $ 3.400 MM que se acordó liberar en la más reciente negociación en México para ser usados con fines humanitarios bajo supervisión de las Naciones Unidas?