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Índice de Confianza del Consumidor venezolano – Septiembre de 2023

El Índice de Confianza del Consumidor venezolano (ICC) mide y evalúa la disposición de compra del consumidor venezolano. Es un indicador sumamente útil para analizar y descomponer las tendencias en la formación de expectativas del consumidor, y las razones detrás de ellas.

El ICC sigue una metodología similar a la del Purchasing Manager’s’ Index, aunque focalizado exclusivamente en Venezuela, para lo que se nutre de la Encuesta Nacional Ómnibus de Datanalisis. El ICC se construye con base en 5 preguntas de dicha encuesta, las cuáles son ponderadas en términos de impacto en el consumo para crear 5 subíndices. El índice final es la agregación de estos subíndices. Más específicamente, estas preguntas son:

  • Situación económica familiar actual.
  • Situación económica familiar futura.
  • Situación económica del país actual.
  • Situación económica del país futura.
  • Posibilidad de compra de bienes duraderos.

 

Resultados

Tras la aplicación de políticas públicas en 2019, el ICC se recuperó ligeramente; pero esta recuperación pronto se vio opacada por la aparición del COVID-19 y de todas las restricciones sanitarias consecuentes.

Fuente: Encuesta Nacional Ómnibus de Datanalisis.

Una vez que las restricciones sanitarias se flexibilizaron, la Confianza del Consumidor venezolano presentó un crecimiento notable. Visto de otra forma, el ICC capturó el efecto de la burbuja del “Venezuela se arregló”. Pero tras las primeras señales de deterioro económico de inicios de 2023, la confianza del consumidor venezolano cayó de forma dramática en la medición del ICC de marzo de 2023, rompiendo con la burbuja de expectativas sobredimensionadas.

Después de la caída drástica de marzo, el ICC repuntó hasta ubicarse en 41,1 puntos, pero sigue estando por debajo de los niveles de noviembre de 2022. El balance general actual es negativo (menor a 50 puntos), implicando una propensión al consumo disminuida en Venezuela desde 2009. Si la economía se encuentra en una recesión técnica, con contracción del consumo y repunte inflacionario, ¿por qué aumentó el ICC?

  • Cercanía de las elecciones presidenciales.
  • Aumento de la liquidez real en bolívares.
  • Menor volatilidad cambiaria.
  • Menor pérdida del poder adquisitivo del dólar.

Al desagregar el ICC por cada sub-índice, se observa que las expectativas a futuro son las que más contribuyen a explicar el saldo general del índice.

Fuente: Encuesta Nacional Ómnibus de Datanalisis.

De hecho, existe una valoración positiva sobre la situación económica familiar de cara a los próximos 12 meses. Por otro lado, con un poder adquisitivo muy bajo y escacez de créditos, la posibilidad de compra de bienes duraderos es negativa y muy baja. A continuación se analizan cada uno de estos sub-índices.

1 – Situación Económica Familiar Actual

La situación económica familiar actual respecto hace 12 meses presentó un balance de valoración negativa (menor a 50 puntos), a pesar que aumentó respecto a la medición de marzo. Para octubre, aún no se ha recuperado la valoración positiva que se registró en noviembre de 2022.

Fuente: Encuesta Nacional Ómnibus de Datanalisis.

Según el último estudio de Tendencias del Consumidor venezolano de Datanalisis, la mayor parte del consumo se destina a alimentos, donde el precio ha venido adquiriendo mayor relevancia. Con un consumidor de demanda más elástica, la menor pérdida del poder adquisitivo del dólar, es decir, la estabilización (y en algunos casos reducción) de los precios denominados en divisas, ha impactado menos sobre el presupuesto familiar y ha generado una recuperación de este sub-índice, respecto a marzo.

A manera de ilustrar lo anterior, el Índice de poder adquisitivo del dólar experimentó un crecimiento mucho mayor entre las mediciones del ICC de noviembre 2022 y marzo 2023 (+25,80%), a comparación con la medición de marzo y la más reciente (+5,65%).

2 – Situación Económica Familiar Futura

La valoración de la situación económica familiar dentro de un año resultó positiva (mayor a 50 puntos), el único balance positivo de todo el índice. Esta valoración sigue siendo menor que la de noviembre de 2022, pese a que experimentó un crecimiento a comparación con la medición de marzo.

Fuente: Encuesta Nacional Ómnibus de Datanalisis.

La variable que se debe considerar al analizar las perspectivas familiares a futuro es el poder adquisitivo del venezolano, que aún se encuentra en un nivel bajo, de USD 295,5 al mes, en promedio. En ausencia de expectativas sobredimensionadas, para que la valoración de la situación económica familiar futura crezca más, es necesario que el ingreso aumente de forma significativa.

3 – Situación Económica del País Actual

La situación económica del país actual respecto hace 12 meses presentó un crecimiento a comparación con la medición de marzo, pero mantiene un balance de valoración negativa. Este subíndice es el que se encuentra más alejado de la medición de noviembre de 2022, lo que tiene su raíz en el estancamiento económico y del consumo.

Fuente: Encuesta Nacional Ómnibus de Datanalisis.

Incluso en recesión, algunas variables ayudan a entender la ligera recuperación en la percepción de los venezolanos sobre economía actual del país:

      • El sector petrolero ha presentado una mejora muy discreta.
      • En los últimos meses, la liquidez real en bolívares ha crecido.
      • La volatilidad cambiaria se ha estado conteniendo.

Pero aún quedan retos pendientes:

      • Incluso a precios favorables, las sanciones y la inversión en infraestructura han impedido que la producción petrolera alcance la meta de 1.000.000 b/d.
      • La liquidez real en bolívares es pequeña a comparación con la que existe en dólares.
      • La tasa de cambio ha sido menos volátil sólo a expensas de más sobrevaluación.

4 – Situación Económica del País Futura

En octubre, la situación económica del país dentro de un año registró un balance de valoración negativo. Este balance de valoración se recuperó respecto a la medición de noviembre, a pesar que sigue siendo menor que su par de noviembre de 2022.

Fuente: Encuesta Nacional Ómnibus de Datanalisis.

El panorama económico de los próximos meses estará sujeto a la dinámica electoral del 2024, así como a la flexibilización de sanciones. En lo electoral, es previsible un aumento en la liquidez real en bolívares a corto plazo, con los posibles costos inflacionario y cambiario subsecuentes. Por otro lado, si la guerra entre Rusia y Ucrania persiste y las reservas estratégicas de EE.UU. siguen descendiendo, más pronto que tarde tendría lugar una flexibilización de sanciones más allá de las de Chevron. A esto se podría sumar Europa, debido a su interés en explotar el gas venezolano.

Pero la economía venezolana aún se encuentra frente a viejos conocidos que ponen un techo muy bajo al crecimiento, este es el caso de:

      • Muchas necesidades de financiamiento y pocos mecanismos convencionales para satisfacerlas.
      • Excesivo número y pagos de tributos fiscales nacionales, municipales y parafiscales.
      • Trabas sectoriales específicas.

5 – Posibilidad de compra de bienes duraderos

La posibilidad de compra de bienes duraderos presentó un balance negativo en la medición más reciente. Este balance superó al registrado en la edición de marzo, pero se encontró ligeramente por debajo de su par de noviembre de 2022. De hecho, este subíndice fue el que estuvo más cerca de su valor de 2022, en toda la medición.

Fuente: Encuesta Nacional Ómnibus de Datanalisis.

Históricamente, la posibilidad de compra de bienes duraderos ha registrado un balance negativo, entre otros factores, por el apremio a la inmediatez. De forma más reciente, las sacudidas cambiarias y la imposibilidad de acceder a deuda (por ejemplo, mediante el uso de tarjetas de crédito) han impedido un mayor crecimiento de este subíndice. De hecho, según los hallazgos del último estudio de Tendencias del Consumidor venezolano de Datanalisis, los bienes duraderos no tienen una participación significativa en el presupuesto del venezolano.

 

El ICC por segmentos

Existen factores que pueden hacer que ciertos grupos tengan comportamientos y perspectivas sobre el consumo distintas a las de otros. Con el fin de capturar estas diferencias en el ICC, se segmentaron las respuestas según las siguientes categorías:

  • Estrato socioeconómico: Agrupación de las respuestas de los estratos C, D y E.
  • Región: División según la ubicación geográfica de las respuestas.
  • Género: Segmentación de acuerdo al género del encuestado.
  • Edad: Respuestas filtradas por grupos etarios a partir de los 18 años.

Estrato socioeconómico

Destacan las importantes diferencias entre estratos. Uno de los hallazgos de Tendencias del Consumidor venezolano que puede explicar parcialmente esta disparidad es que las personas pertenecientes al Estrato D están 1,2 veces más dispuestas a adquirir bienes que los del C y superan en un 78% a los del E.

Fuente: Encuesta Nacional Ómnibus de Datanalisis.

Región

Todas las regiones del país tienen una Confianza del Consumidor negativa, pero estas pueden agruparse según su cercanía al umbral positivo (50 puntos).

Regiones en recuperación: Las regiones Capital (Distrito Capital, Miranda y La Guaira), Central (Aragua, Carabobo y Cojedes), Centro-Occidente (Falcón, Lara, Portuguesa y Yaracuy) y Oriente (Anzoátegui, Monagas, Nueva Esparta y Sucre) están, en promedio, a menos de 6 puntos de tener un ICC positivo.

      • Central: 46,3 puntos.
      • Oriente: 45,4 puntos.
      • Capital: 43,6 puntos.
      • Centro-Occidental: 41,8 puntos.

Fuente: Encuesta Nacional Ómnibus de Datanalisis.

Estas regiones han sido las principales beneficiarias del modesto crecimiento que ha experimentado la economía a partir de 2019. Estos puntajes pueden explicarse gracias a la cercanía con Caracas, principal polo económico del país en el caso de la región Central y Capital o las licencias petroleras para Oriente.

Regiones deprimidas: Las regiones de Los Andes (Mérida, Táchira y Trujillo), Los Llanos (Apure, Barinas y Guárico), Guayana (Amazonas, Bolívar y Delta Amacuro) y Zuliana están, en promedio, a 16 puntos de tener un ICC positivo.

      • Los Llanos: 36,4 puntos.
      • Zulia: 35,1 puntos.
      • Los Andes: 34,4 puntos.
      • Guayana: 33,7 puntos.

Fuente: Encuesta Nacional Ómnibus de Datanalisis.

Todas estas regiones contienen zonas fronterizas, lo que significa que reciben con mayor fuerza el impacto de la crisis de servicios públicos y no han experimentado el mismo dinamismo económico, dada su lejanía con la Capital.

Género

Existe una diferencia en la Confianza del Consumidor de más de 10 puntos entre hombres y mujeres. Las mujeres son un 25% más pesimistas en torno a su situación económica actual que los hombres. Por el contrario, la población masculina presenta incluso resultados positivos. Muestra de ello es que su disposición a adquirir bienes duraderos es tres veces mayor que el de las mujeres.

Fuente: Encuesta Nacional Ómnibus de Datanalisis.

La disparidad en el ICC por género tiene su explicación en los niveles de ingreso, ya que la brecha salarial entre hombres y mujeres es significativa en Venezuela: en promedio, los hombres ganan un 21,79% más que las mujeres.

De hecho, según los hallazgos del último estudio de Tendencias del Consumidor venezolano, el segmento de mayor poder adquisitivo en el país está compuesto principalmente por hombres.

Edad

A pesar que ningún rango de edad posee un ICC de balance positivo, en un 98,5% a medida que aumenta el grupo de edad, la Confianza del Consumidor disminuye.

Fuente: Encuesta Nacional Ómnibus de Datanalisis.

Estos resultados se explican, en parte, porque los jóvenes tienen expectativas de que su situación económica familiar y del país mejorará con el tiempo; pero según avanza la edad, las expectativas a futuro se convierten en un recurso cada vez más escaso. El ejemplo más ilustrativo de ello es que los venezolanos entre 18 y 24 años son los únicos que tienen expectativas positivas en el consumo para el próximo año, de 50,2 puntos.

 

La relevancia del ICC

El ICC funge como una aproximación a las expectativas sobre el consumo, uno de los principales drivers de la economía, ya que es el componente que más peso
tiene en el Producto Interno Bruto (PIB). El grueso de la importancia del Índice de Confianza del Consumidor venezolano radica en su capacidad de explicar de las tendencias en variables macroeconómicas.

ICC y Consumo

En la pandemia, el ICC y el consumo cayeron de la mano, pero cuando se levantaron las restricciones sanitarias, se recuperó ligeramente el consumo y la confianza se disparó. Después de agosto del 2022, se empezó a romper la burbuja de expectativas sobredimensionadas. En marzo de 2023, la corrección en el ICC fue mucho más abrupta que la caída en el consumo.

ICC Y CONSUMO

Fuente: BCV, Escenarios Datanalisis.

Finalmente, tras los factores ya antes mencionados, el ICC pasó a recuperarse.

ICC y Actividad económica

Desde la pandemia, las expectativas de consumo y la actividad económica han estado relacionadas en un 57,6%. Esto quiere decir que cuando aumenta el ICC, también lo hace la economía.

ICC Y ACTIVIDAD ECONÓMICA

Fuente: OVF, Escenarios Datanalisis.

Las expectativas de consumo tienen un efecto rezagado y positivo en la actividad económica venezolana, vía aumento de la demanda agregada.

 

¿Qué factores inciden sobre el ICC?

Una vez que se entiende la relevancia del ICC, es válido que surja la pregunta de qué factores pueden incidir sobre las expectativas de consumo en Venezuela. En vista que se compone de la percepción de situación económica familiar y del país, algunas variables macroeconómicas tienen una alta relación con el ICC, por lo que el análisis de estas variables permitiría determinar cuál es el posible rumbo de las expectativas de consumo de Venezuela.

ICC e Ingreso

En un 64,9%, a medida que el venezolano obtiene mayores ingresos, la Confianza del Consumidor aumenta.

ICC Y PIB PER CÁPITA

Fuente: FMI, Escenarios Datanalisis.

Durante 2009-2013, el ICC y el ingreso se movieron de la mano, pero con la entrada en el ciclo hiperinflacionario, las expectativas de consumo pasaron a estar más relacionadas con la dinámica de los precios (tanto en bolívares como en dólares) que con el PIB per cápita.

ICC e Inflación

En un 78,0%, a medida que la inflación aumenta, la Confianza del Consumidor disminuye.

ICC E INFLACIÓN

Fuente: OVF, Escenarios Datanalisis.

Desde la aparición del COVID-19, las expectativas de consumo y el aumento de precios han tenido una relación alta e inversa. Esto se vio muy reflejado en la medición de marzo del ICC, cuando tras el repunte inflacionario, la sensación de crisis del venezolano se acrecentó, disminuyendo la Confianza del Consumidor venezolano.

ICC y el dólar

En un 31,8%, a medida que el dólar pierde su poder adquisitivo, la Confianza del Consumidor aumenta.

ICC Y EL DÓLAR

Fuente: Escenarios Datanalisis.

En una economía multimoneda con un consumidor elástico, el venezolano hace depender su sensación de crisis y su confianza de consumir del cambio de los precios en divisas, es decir, de la pérdida del poder adquisitivo del dólar en Venezuela.

ICC y Liquidez real

En un 28,7%, a medida que la liquidez real crece, la Confianza del Consumidor aumenta.

ICC Y LIQUIDEZ REAL

Fuente: BCV Escenarios Datanalisis. 

Incluso en un país con alta presencia del dólar, el valor del bolívar es un factor determinante para el consumidor venezolano, esto porque la Confianza del Consumidor venezolano aumenta cuando el consumidor posee más bolívares de mayor valor real, lo que (de nuevo) pone de relieve el impacto inflacionario sobre el ICC.

ICC y Volatilidad cambiaria

En un 13,6%, a medida que la tasa de cambio es más volátil, la Confianza del Consumidor disminuye.

ICC Y VOLATILIDAD CAMBIARIA

Fuente: Escenarios Datanalisis.

A forma de ilustrar esta relación, el sacudón cambiario de agosto del 2022 fue el simple hecho que rompió con las expectativas sobredimensionadas capturadas por el ICC. En la última medición, la Confianza del Consumidor sólo repuntó tras meses de mayor certidumbre cambiaria.

 

En síntesis…

El Índice de Confianza del Consumidor venezolano es un indicador que analiza y descompone la formación de expectativas del consumidor en el país.

Los últimos resultados implican una recuperación en dichas expectativas a comparación con marzo de 2023, a pesar que la confianza es menor que el año pasado. Esta recuperación tiene sus raíces en una mejor percepción del futuro para con la economía familiar y de Venezuela. Pero el país todavía enfrenta trabas estructurales y sectoriales que ponen un techo de crecimiento económico muy bajo. El bajo poder adquisitivo del venezolano, la incertidumbre cambiaria y la variación de los precios tanto en bolívares como en dólares son factores que pueden incidir sobre el ICC y, muy posiblemente, sobre el consumo y la economía. Los repuntes inflacionarios son particularmente peligrosos en un país que aún se encuentra en un ciclo hiperinflacionario, y la cercanía de elecciones presidenciales es un evento de riesgo para esta variable, ya que tras los aumentos en la liquidez, es previsible un impacto inflacionario subsecuente.

Es posible que a medida que las elecciones se acerquen, el ICC aumentará, pero dicho aumento no será sostenible si los costos inflacionario y cambiario opacan al efecto positivo de la liquidez real. La medida de contención de estos costos y de blindaje para con la Confianza del Consumidor venezolano será la flexibilización de sanciones. Si estas se flexibilizan, el gobierno obtendrá mayores recursos para financiar la estabilidad cambiaria, aunque a expensas de más sobrevaluación.

Por los momentos, existe una tendencia a dicha flexibilización, aunque sin materializaciones concretas, lo que lleva a estimar un ICC que no será capaz de hacer crecer al consumo por más del 3% en 2023 ni del 5% en 2024.